Por qué Galicia es la comunidad más querida en Internet

Galicia es una comunidad riquiña. Y es precisamente este adjetivo uno de los que mejor la definen: tierna, hospitalaria, amable y ambigua. Quizás es uno de los factores por los que la gallega es la comunidad más querida en Internet. No lo digo yo, gallega de DNI y de corazón, lo dicen las cifras. Los artículos sobre la región que exportó el licor café acostumbran ser los más virales y comentados, y no sólo por compartir con el mundo su venerado brebaje. ¿Cuáles son las razones?

GALLEGOS POR EL MUNDO
Dice una célebre canción que hay un gallego en la luna que viene de Ferrol. Si algunos dudan de la llegada de Armstrong en 1969, por qué no dudar de la presencia de un gallego enfundado en monteira y polainas en la superficie lunar. También dicen que Galicia tiene cuatro provincias en España y otras dos en ultramar: Argentina y Cuba. Al menos 600.000 gallegos se afincaron en Argentina entre 1850 y 1960.

Cuando un gallego ha crecido en Galicia la maruxía se te mete en las entrañas ”

Según datos de la Casa Gallega de Madrid, sede institucional de la Xunta en la capital, sólo en la comunidad autónoma madrileña residen, de forma estimada, unos 300.000 gallegos. “Además de la labor del Centro Gallego, la galeguidade en la capital se nutre de las asociaciones gallegas, como la Asociación de Empresarios Gallegos en Madrid (Aegama), la Asociación de médicos gallegos (Asomega), o el Club de Periodistas gallegos de Madrid; pero también de los centros gallegos, que son ocho en la comunidad”, dice José Ramón Ónega, director de esta institución, lugar de reunión, encargada de difundir la cultura, economía y turismo de Galicia.

Así nació también la “Enxebre Orde da Vieira”, cuando un grupo de universitarios residentes en Madrid se reunieron en Panjón en el año 1967 y decidieron redoblar su amor a Galicia y universalizarlo. Esta orden ha contado en sus filas, entre otros, con personalidades como Emilio Ferreiro, Carmen Martín Gaite, Gonzalo Torrente Ballester, Elena Quiroga, Joaquín Calvo Sotelo, Camilo José Cela o Darío Villanueva.

La gallega es, por tanto, una comunidad fuertemente cohesionada en la lejanía. Lo que nos lleva al siguiente punto.

LA MORRIÑA
En Galicia la morriña, la nostalgia por la tierra natal, es un sentimiento incrustado en las meninges. Cualquier gallego tiene una maleta esperando, en un rincón, para volver.

Los recuerdos adquieren dos tonalidades: verde y azul. Las venas azules de los ríos serpenteando el vibrante verde. Y el mar, que en Galicia tiene decenas de formas en sus 1.700 kilómetros: bravo, sosegado, dibujado por bateas y temporales. El mar también fue el camino por el que muchos dijeron adiós a la tierra a lo largo de la historia, con el exilio forzado. El olor a mar recibe el nombre de \»maruxía\». Cuando un gallego ha crecido en Galicia la maruxía se te mete en las entrañas y ese aroma a salitre es parte de intrínseca de tu persona.

Los supermercados Gadis supieron apelar a esa nostalgia con una serie de anuncios desde el año 2007. Y año tras año lo vuelven a conseguir.

Onde a comida é unha relixión,
E un domingo sen aldea non é un domingo,
E onde a xente non é fea é riquiña,
Deámonos conta do ben que vivimos,
Gocemos da nosa forma de vida

Donde la comida es una religión,
Y un domingo sin aldea no es un domingo,
Y donde la gente no es fea, es riquiña,
Démonos cuenta de lo bien que vivimos,
Gocemos de nuestra forma de vida

O en “Sairemos como galegos”, donde motivó a los gallegos para salir de la crisis.

Seguiremos usando a fórmula secreta: Tranquila, malo será.
E á crise lle diremos: VAITE E NON VOLVAS.
Orgullosos desta terra sempre verde porque me dixeches que era un xardín. Porque desta sairemos como galegos.

Seguiremos usado la fórmula secreta: Tranquila, malo será.
Y a la crisis le diremos: VETE Y NO VUELVAS
Orgullosos de esta tierra siempre verde porque me dijiste que era un jardín.
Porque de esta vamos a salir como gallegos.

LA TEORÍA DE LOS SEIS GALLEGOS DE SEPARACIÓN
La teoría de los seis grados de separación afirma que cualquier persona del planeta está conectada con cualquier otra a través de una cadena de conocidos no mayor de seis niveles. Esto quiere decir que sólo esos seis niveles nos separan de cualquier otra persona del planeta.

La teoría podría comprobarse matemáticamente con gallegos y seguro que el resultado sería el mismo. Cualquier persona está conectada con otra a través de una cadena de seis conocidos entre los que hay un gallego. Y seguramente el susodicho gallego conoce a otro gallego de otro círculo. Pondré dos ejemplos. Alfredo Murillo, redactor de GQ.com y extremeño de nacimiento, dice ser amigo de trece gallegos, entre los cuales está Carlos, que conocería a gente de cuatro círculos diferentes, o Soledad, que conoce a cuatro personas pertenecientes a otro círculo. Lo mismo le sucede a Alberto Moreno, director de GQ.com, madrileño de nacimiento, quien asegura que conoce a siete gallegos interrelacionados entre sí aunque, a priori, pertenecen a círculos amistosos diferentes. Y añade: “Sé que vosotros sois gallegos pero no tengo ni idea de dónde es la mayoría del resto de gente de mi muro de Facebook que vive en Madrid”.

GALICIA ENXEBRE
Galicia está llena de personajes extravagantes, extraordinarios, hasta mitológicos, como las propias meigas, xacias o sirenas de las que se nutre su tradición oral. Sin ir más lejos mi abuelo lo era. Él paseaba a sus gallinas por el barrio del Calvario, en Vigo, en una ceremoniosa actividad diaria. Para él no existía el ritmo frenético de la urbe, en su casa el tiempo transcurría sosegado, como las historias que le contaban los árboles del pueblo en el que nació. Rodeado de edificios, hizo de su jardín un trozo de ese pueblo, con un huerto de enorme dimensiones en el que se aglomeraban plantaciones de kiwis, tomates, berzas o parras de uvas. Mi abuelo incluso construyó su propia bodega en el bajo de su casa en un digno ejercicio de ingeniería doméstica. Con él lo fantástico se volvía cotidiano.

La Voz de Galicia supo dar salida a esta particular idiosincrasia e ingenio arquitectónico, recogiendo en una sección las más genuinas “Chapuzas gallegas”. Se trata de verdaderas obras maestras de reciclaje. Estampas duchampianas con mezcolanza de elementos costumbristas. Entre las mejores del 2014, una campana extractora para proteger el buzón; un espantapájaros Songoku; un extintor-cenicero en la playa de Coroso; o innumerables dispositivos de señalización que desafían cualquier ley gravitatoria y urbanística.

El escenario literario gallego está plagado de esos personajes y ahora lo está Internet. Tenemos el niño gallego que oportunamente se topó con el fuego mientras hacía de vientre.

A José Tojeiro, el hombre al que descubrieron en 1993 en el programa “Código Uno”, famoso por encumbrar la sempiterna expresión “me echaron droja en el cola cao”. En concreto lo hicieron unas “unas prestitutas que buscaban domicilios para dar placer de prestitación”. Fue un precursor de la viralidad.

O, por supuesto, Cañita Brava. Apareció por primera vez en nuestras vidas narrando un España-Malta. A partir de ahí, sus actuaciones, castañuela en mano, se repitieron y le convirtieron en un animal televisivo.

En definitiva, el sentido del humor y la ironía es algo implantado estructuralmente en la personalidad de un gallego. Gonzalo Torrente Ballester, ferrolano convencido, lo supo definir a la perfección: “Nadie como ellos con mayor capacidad de burlas. Ni nadie tampoco más fácil para la seducción por los cantos de las sirenas\».

Fotos. © Webos Fritos (Flickr / Creative Commons) http://www.revistagq.com/la-buena-vida/articulos/galicia-la-comunidad-mas-querida-en-internet/21682

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