Los guardacostas de Galicia requisaron el pasado mes de abril alrededor de 2.000 kilos de almeja japonesa, por no estar correctamente documentada. El marisco se transportaba en un vehículo, que fue interceptado por cinco agentes de la Guardia Civil.
La almeja procedía de Portugal, y su destino es aún un misterio. El objetivo del Insituto Galego de Formación de Acuicultura es conservar la mercancía y analizarla, para ver si se puede resembrar en alguna costa con todas las garantías.
Desde el restaurante Viva Galicia os queremos recordar que el marisco comercializado de forma ilegal es un riesgo real para la salud, ay que no se ve sometido a ningún control que lo avale.