Caldo, lacón con grelos, una amplia variedad de mariscos, empanadas, filloas o licor café, ¿qué más se puede pedir a una sola gastronomía? Ven a el Restaurante Marisquería Viva Galicia en Galapagar, madrid, y disfruta también de todos los productos que tenemos para ofrecerte.
Los gallegos lo saben bien. Por mucho que salen de su hogar y exploran otras gastronomías con todos los sentidos bien alerta, al volver a casa regresan con las ideas aún más claras: «como en Galicia, en ningún sitio». Aunque esta afirmación se podría extender a otras facetas de la rutina diaria, lo cierto es que en el apartado de comidas de la comunidad del noroeste peninsular gana y por goleada. Pero esta victoria aplastante no se logra solo por la opinión de los nativos y la morriña que llena sus estómagos cuando están lejos. Los foráneos, ya sean turistas o residentes de larga estancia, saben que cuando visitan esta zona de España regresan a sus lugares de origen con una buena dosis de lluvia en sus paraguas y, sobre todo, con un par de kilos de más, y no por llevar los bolsillos llenos de souvenirs.
A pesar de que se suelen decantar por la comunidad por el inmenso patrimonio que encierra, con la catedral de Santiago al frente de las visitas obligadas, lo cierto es que, al final del día o del viaje, lo que se llevan es el buen comer y el buen beber. La lista de manjares será el centro de todas sus conversaciones cuando toque hablar de las vacaciones en Galicia. Y es que ya se sabe, para empezar a conquistar a alguien lo mejor es hacerlo por el estomago.
Caldo. Los gallegos lo tienen claro, y si hay un alimento mágico en su gastronomía es este. El caldo no solo quita el hambre, sino que también recompone el cuerpo, calienta en los días de invierno y sirve de método para superar desde un simple resfriado a una resaca. Además, este plato típico los domingos en los meses que van de octubre a mayo, tiene tantas variedades como cocineros existen en Galicia. Y ojo, porque todas son igual de validas.
Lacón con grelos. Quizás junto con el caldo, el plato más típico de la gastronomía gallega invernal. En sus origines era un plato reservado para la celebración del Carnaval –mejor denominarlo Entroido por estos lares- ya que era la mejor época para consumir grelos. Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha instaurado como menú habitual en casas y restaurantes. El lacón con grelos no es solo cerdo y verduras si no que también puede llegar acompañado por chorizo y cachelos.
Marisco. Si algo define a los gallegos en sus comidas y cenas de celebración, ya sea en una boda o por Navidades, es el número de platos de mariscos. Sorpresa para los que vienen y se encuentran con cuatro, como mínimo, mariscos antes de llegar al pescado y a la carne, pero también para los nativos que se van fuera y caen en la desolación de darse de bruces solo con uno -y eso si tienen suerte-. Y es que teniendo un catalogo tan grande para elegir, normal que cueste elegir. Cojamos papel y lápiz porque vienen curvas: navajas, bogavantes, langostinos, cigalas, gambas, centolos, percebes, vieiras, almejas, berberechos u ostras. Asimismo, cabe destacar entre este extenso listado al mejillón, ya que cuenta con denominación de origen protegida.
Pulpo a la gallega. En realidad es la única forma de comerla. El pulpo o es en plato de madera y cortado en rodajas aderezado con sal, pimentón -dulce o picante, según las preferencias de cada uno- y regado con aceite de oliva, o no es pulpo. Por mucho que se empeñen fuera por servirlo a la vinagreta, en Galicia solo se concibe comer este cefalópodo con palillo y acompañado por unas patatas cocidas en el agua de cocerlo.
Empanadas. Aunque quizás los gallegos lo desconozcan, fuera de la comunidad a la empanada siempre le acompaña el apellido «gallega», como si hubiese otra. Lo cierto es que solo se conoce dos formas de hacerla: o con harina de trigo o de maiz. Dentro de estas dos versiones se puede innovar tanto como ingredientes se tengan en la nevera. Desde la tradicional de carne y atún, se puede pasar por la de berberechos, pulpo, zamburiñas, xoubas, mejillones, bacalao con pasas hasta llegar a la zorza. La empanada cumple a la perfección esa regla no escrita de que en la variedad está el gusto.
Pimientos de Herbón. Es otra tapa típica que se ha extendido de Galicia hasta todos los rincones de España, aunque, lo cierto, es que en la comunidad del norte es donde mejor saben. Aunque la villa coruñesa de Herbón en el ayuntamiento de Padrón -cercanía que ha provocado que fuera se conozca erróneamente como pimientos de Padrón- es la que ostenta el título de tener denominación de origen protegida, no solo existe esta variedad. Los de Arnoia, lo de Couto y los de Oimbra son otras variedades a probar si se visita la región.
Pan. Sí, cierto, el pan no se come solo en Galicia. Pero, pocos lugares fuera del noroeste peninsular ponen tanto empeño en el arte tradicional de hacer buen pan. Por algo, la expresión «pan gallego» tiene tanto éxito dentro y fuera de la comunidad. A esto hay que sumarle todas las versiones que suma y que van desde el de maíz o el de centeno pasando por los diferentes tamaños que llegan a su cúspide en Cea, que da apellido a una variedad conocida internacionalmente.
Filloas. Nada de crepes, filloas. Cierto, se parecen pero su esencia es tan diferente como comparar la carne y el pescado. Uno de los puntos a favor de este plato gallego en comparación al francés es que de por sí ya constituyen un plato y no necesitan de acompañamientos para triunfar en la mesa.
Licor café. Aunque tiene su origen en Jamaica, lo cierto es que su popularidad es tal en Galicia que muchos seguro que pensaba que lo había inventado un gallego. A pesar de que el merito sobre su invención se lo llevan otros, en el noroeste peninsular lo han convertido en bebida propia a la altura de la queimada, pero mucho más asequible ya que no exige de «conxuro». A base de café, azúcar y caña -y poco más se puede decir porque cada maestrillo tiene su librillo y las variedades se multiplican por la geografía-, puede ser ingerido solo -frío o caliente- o como parte indispensable de postres y cócteles.
Y se podría seguir. Y es que de otra cosa quizás no, pero de comer, los gallegos saben un trecho.
Así que si no stás en Galicia, ven a visitar el Restaurante Marisquería Viva Galcia, en Galapagar, Madrid. Tenemos los mejores productos gallegos preparados para ti. Te esperamos!