El sabor de la carne varía en función del tiempo de cocción y de la manera en que se cocine. Todos sabemos que no es lo mismo asar un chuletón a la parrilla de carbón que en una sartén doméstica. A pesar de todo, hay ciertas características que un buen chuletón debe reunir independientemente de dónde se haya cocinado.
El chuletón debe estar bien hecho por fuera y rosado y jugoso por dentro. Para ello debemos cocinar a fuego fuerte con el fin de que se forme en el exterior una capa fina y casi crujiente. Esta es la correcta manera de degustarlo porque es la forma en la que reúne las condiciones óptimas de sabor y textura.
Para los que les guste la carne más pasada y oscura, pueden dejarlo más tiempo aunque la textura será más áspera y menos jugosa o bien apostar por pedir chuletones más finos, si bien en este caso estaríamos hablando de un filete y no de un chuletón.